¿Hacer lo que te gusta o lo que te conviene?

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"Haz lo que te gusta, que el dinero vendrá solo"

He escuchado muchas veces la siguiente frase "Dime un lenguaje de programación en el que se gane mucho dinero" O incluso yéndonos a otras áreas, personas que piensan "seré medico porque ellos ganan mucho dinero" o "mi papa dice que informática es el futuro y que eso da dinero". Desafortunadamente esto es algo que podemos encontrar en cualquier contexto por el simple hecho de que esta dualidad es natural, el “Querer” y el “Deber” son, en mi opinión, dos primos muy sabios que les encanta pelear.

La verdadera pregunta es: ¿A quién elegir?

Esta clase de ideas nunca se queda hasta allí ya que por lo general estas personas terminan siendo un médico mediocre, un mal programador o incluso odiando su carrera porque como no le tienen amor, no buscan actualizarse, mejorar, sino que sólo se quedan con lo que aprendieron en una universidad o algún instituto. Todo por el simple hecho de que realmente no les interesa.

Con respecto a mi carrera, es decir, informática les puedo asegurar que no existe el lenguaje de programación perfecto, aquel que no solo te llene de dinero, sino que te permita crear aplicaciones para todos los dispositivos, que sea totalmente compatible con cualquier sistema operativo, en donde se puedan hacer páginas web, aplicaciones para computadoras de escritorio, para móvil, además funcione en electrónica y además sea tan sencillo que lo puedas dominar en menos de 1 mes o, como dicen algunos libros, “Aprenda a programar en 10 horas”. Créeme, si existiera sería tan común que simplemente el mercado colapsaría y la hora de programación en éste simplemente no costaría nada.

El punto es que la concepción del mundo es diferente para cada persona, por tanto, la concepción de lo que es o no conveniente también lo es. Podemos resumirlo en el siguiente planteamiento: estudiar/trabajar en lo que te gusta y, por tanto, en lo que buscas destacar, versus estudiar/trabajar en algo de lo que sólo has escuchado rumores por el afán de complacer a otros o sólo querer dinero. La primera opción te da la oportunidad de tener la satisfacción de que estás haciendo algo que consideras genial y que no te presiona, además de que te abre la posibilidad de un futuro igual de rico; la segunda opción puede que saque sonrisas pero a otras personas, y quizás te consiga dinero (quizás no, nada es garantía), pero también un sentimiento de frustración porque no estás en el lugar correcto y sientes que has trabajado el triple por una pequeña ganancia.

Es importarte recordar lo siguiente: “Mi trabajo no me define, pero yo defino mi trabajo”. Si estudias o trabajas por conveniencia, la frustración que puedas sentir se reflejaría en mediocridad  y eso puede llevarte a menos dinero (que era tu motivo principal); pero si te gusta lo que haces, tus ganas de saber más y destacar en lo que haces te llevarán a grandes resultados.

Por último, te invito a que reflexiones mucho antes de tomar estas decisiones, más allá de cosas como “seguir tu corazón” y “hacer lo que sientas”. No es cuestión de preferir ganar mucho dinero o no, sino de elegir qué clase de vida y decisiones quieres llevar ¿Quieres vivir contento o quieres vivir conforme?